AL OTRO LADO DEL ARCOÍRIS

La primera vez que decides ampliar tu familia con un miembro de cuatro patas, no te imaginas el impacto que va a generar en tu vida. Lo has visto en amigos, familiares… pero crees que exageran o quizás sean extremadamente sensibles.

Entonces llega un día en el que decides hacerlo, ¡voy a adoptar! Llegas a casa ese primer día con mucha ilusión, que se mezcla con esos ojos temerosos a la vez que curiosos. Su necesidad de ser querido nos hace abrir nuestro corazón y sin darnos cuenta, ya es parte de nuestra vida.

Y así empieza esa bonita aventura, que a veces dura meses, y otras, la gran mayoría, nos regalan años de una felicidad plena que solo puede salir de seres tan puros como son los animales. Están a nuestro lado cuando estamos tristes, comparten nuestra felicidad, siempre están ahí cuando los necesitamos.

Son una pieza fundamental en nuestras vidas, no nos imaginamos nuestros días sin ellos… Entonces llega ese momento, ese duro momento en el que nos tenemos que separar para siempre, y el mundo se nos cae encima, quedándose un enorme vacío que nos acompañará para siempre.

Ellos solo quieren una cosa, que cuando los recordemos, esbocemos una sonrisa, que no dejemos de hablar de ellos, que recordemos sus trastadas, sus ronroneos y sus ladridos que tanto echamos de menos cuando se silencian. Recordando tantos momentos compartidos, los mantenemos vivos eternamente, en nuestros corazones.

Feliz viaje compañer@s 🐾